San Pío X daba la Primera Comunión a los niños hasta de 4 años pidiendo como único conocimiento la conciencia de la diferencia entre Pan eucarístico y pan común y este criterio lo ha manifestado en el Decreto “Quam singulari”:

“(...) La edad de la discreción para la Comunión es en la que el niño sabe distinguir el pan eucarístico del pan común y material, para poder acercarse devotamente al altar. No se busca pues un perfecto conocimiento en materia de fe, siendo suficientes pocos elementos, o sea, alguna cognición; tampoco es necesario el pleno uso de razón, bastando un uso incipiente, es decir, un poco de uso de razón. Por tanto, postergar por largo tiempo la Comunión y fijar para la misma una edad mas madura, es costumbre totalmente reprochable y condenada varias veces por la Sede Apostólica.”

Condición absolutamente necesaria y por tanto que el niño sepa distinguir entre el Pan eucarístico y el pan común.
Pero es cosa buena que el niño "comprenda en la medida en que lo permiten las fuerzas de su inteligencia los misterios de la Fe necesarios”(ibid.)

Cuáles son estos “misterios de la Fe necesarios” Lo aclara el Cardenal Gennari, miembro de la Sagrada Congregación de los Sacramentos en su preciso Comentario al Decreto.

"En esto consiste pues la instrucción necesaria para la Primera Comunión. Es decir, que el niño sepa, como mejor puede, los principales misterios de la fe, y

pueda distinguir el Pan eucarístico del pan común.
Los misterios principales de la fe, todos lo saben, son los misterios
de la unidad y trinidad de Dios,
de la encarnación,
pasión y muerte de N.S.J.C.;
a estos conviene agregar tambiénel que
Dios como justo juez, premia eternamente
a los buenos con el paraíso y castiga a los malvados con el infierno eterno






































Ahora bien: estos misterios debe conocerlos el niño como mejor puede. Es decir, no perfectamente, a la manera de los teólogos sino captando su sustancia.” (Card. Casimiro Gennari, Comentario al Decreto Quam singulari)

 

Es claro que el niño  "empero, deberá más tarde ir aprendiendo el catecismo entero, en forma proporcionada a las fuerzas de su inteligencia” (Decreto “Quam singulari”)

 

 

 

Sugerencias prácticas

Es oportuno y conforme con el real significado del Sacramento, que eso sea celebrado en la intimidad y en la quietud, en un clima de oraciòn y de uniòn con Jesùs; a tal fin es recomendable que la ceremonia tenga lugar en forma privada, sin la participaciòn de otros invitados, para que se subraye que Uno solo es el Huésped, sin regalos (aparte pocos objetos de valor sagrado), de modo que resulta claro al niño que Uno solo es el Don.

Una ceremonia solemne y con la tradicional participaciòn de los huéspedes y los parientes podrà ser celebrada sucesivamente, pero teniendo presente que la Comuniòn es una fiesta sobretodo del espìritu. Como tal tiene que ser vivida en lo interior, y no profanada con almuerzos grandiosos, ceremonias demasiado lujosas y dones materiales o en dinero que ofusquen la frescura totalmente espiritual del Sacramento.

Serìa necesario preparar a los pequeños con un dìa de retiro por lo menos, en el silencio, en la quietud, sin televisiòn.

S. Pìo X exhortaba a los responsables a proveer para que los niños - después del primer encuentro con Jesùs Eucarìstico - frecuentasen asiduamente los Sacramentos de la Confesiòn y de la Comuniòn posiblemente cotidiana, y que progresasen en la gradual instrucciòn catequìstica.