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«Delante de la palma de la mano derecha de la Virgen, había un corazón coronado de espinas, que parecían estar clavadas. Entendimos que era el Corazón Inmaculado de María, ultrajado por los pecados de la humanidad, que pedía reparación.» (13 de junio de 1917)

«Jesús quiere establecer en el mundo la devoción a Mi Corazón Inmaculado. A quienes la acepten, les prometo la salvación, y estas almas serán amadas por Dios, como flores colocadas por Mí para adornar Su Trono.» (La Virgen a Lucia en Fátima, 13 de junio de 1917)

«Sacrificaos por los pecadores, y decid muchas veces, especialmente cada vez que hagáis algún sacrificio: “Oh Jesús, es por amor a Ti, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra el Corazón Inmaculado de María”». (13 de julio de 1917)

«Habéis visto el Infierno, donde caen las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a Mi Corazón Inmaculado. Si hacen lo que yo os diga, muchas almas se salvarán y tendrán paz.» (13 de julio de 1917)

«Me agradan las almas que rezan con fervor y con el fin de consolar el Corazón de tu Madre del Cielo, y no aquellos que en la oración permanecen tibios e indiferentes…» (Jesús Niño a Sor Lucia, 15 de febrero de 1926)

«Finalmente, Mi Corazón Inmaculado triunfará (…) y se concederá al mundo un tiempo de paz.» (13 de julio de 1917)

El 28 de junio de 2025, la Iglesia honra el Corazón Inmaculado de María. Esta fiesta, instituida en 1805, fue extendida a toda la Iglesia católica en 1944, para recordar la consagración de la humanidad al Corazón Inmaculado de la Beata Virgen, realizada por el Papa Pío XII en 1942, durante la Segunda Guerra Mundial. La fiesta sigue al día siguiente la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y es un momento para reflexionar sobre la pureza y el amor maternal de María, quien intercede por la humanidad ante Su Hijo.

Armata Bianca de la Virgen desea regalarle una sonrisa a María, como lo hicieron los tres pastorcillos de Fátima el 13 de mayo de 1917, con la entrega de sí mismos a Dios, en un acto de reparación por los pecados con los cuales Él es ofendido y en súplica por la conversión de los pecadores.

Queremos organizar una red mundial de oración y consagración para el 28 de junio: en cada parroquia, iglesia o capilla, cada uno (especialmente los niños) organizará una pequeña procesión con cantos en honor a María, se rezará un rosario «con fervor», como Jesús recomendó, y al final el sacerdote leerá la oración de consagración que San Juan Pablo II pronunció en Fátima el 13 de mayo de 1982.

¿Quieres participar también? Regálale una sonrisa a María, con la oración del santo rosario, con los cantos, una procesión y mucho amor.

 

« Jesús quiere servirse de ti para darme a conocer y amar»

¡Las palabras de la Virgen a la pequeña Lucía de Fátima

están dirigidas a cada uno de nosotros!

Habla con tu párroco, organiza momentos de oración y canto con una procesión dentro o fuera de la iglesia, invita a todos los niños del catecismo, del oratorio, amigos y familiares… ¡Hagamos «conocer y amar» a María y demos alegría a Su Corazón Inmaculado de Madre!

Madre, quiero regalarte una sonrisa.
Soy todo tuyo, y todo lo que es mío es tuyo.
Te recibo en mí mismo, ofréceme tu Corazón, María.
Totus tuus.
 

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